El pasado mes de agosto
tuvo lugar una nueva entrega de Arquitectos en la Onda, el espacio
radiofónico dentro del programa Más de Uno Sevilla de Onda Cero, conducido por
Chema García.
El
episodio, protagonizado por Miguel Ángel Gómez, coordinador de la
Oficina de Rehabilitación del COAS, estuvo centrado en uno de los temas más
frecuentes relacionados con la rehabilitación y las diferentes patologías de
nuestras viviendas: el ruido que, tal y como explicó, “si bien a priori puede
ser entendido como algo menor, pero es, sin embargo, un tema muy importante que
genera mucha controversia”.
Y es que, Miguel
Ángel, detalló que “el ruido causa estrés a un tercio de la población o
interfiere en el sueño de tres de cada cuatro españoles. Las estadísticas dicen
que España es el segundo país más ruidoso del mundo, solo superado por Japón. Y
aunque suene raro, existe el Día Internacional de la Concienciación sobre el
Ruido, el 24 de abril, lo que nos indica lo importante que es este asunto. Según
la Agencia Europea de Medio Ambiente, uno de cada cinco europeos está expuesto
a niveles de ruido prolongados que resultan perjudiciales para la salud. Lo que
está aceptado de forma generalizada es que se trata de un problema de salud
pública y que es un problema grave: numerosas sentencias judiciales así lo han
apuntado, generando condenas muy serias”.
Sobre la clasificación
de los distintos tipos de ruidos, el coordinador de la Oficina de
Rehabilitación del COAS señaló que hay que distinguir “dos tipos de
ruido fundamentales: los aéreos y los de impacto. Los primeros son
los que se propagan por el aire y pueden tener su origen tanto dentro de mi
edificio: conversaciones de vecinos… como fuera del mismo: ruido del tráfico,
por ejemplo. Los segundos se general al golpear y se propagan por los elementos
constructivos, y tienen su origen normalmente dentro del propio edificio: obras,
golpes… Podemos estar taladrando una pared en una planta y sentirse en varias
plantas cercanas como si estuviera dentro de la propia vivienda: facilidad de
propagación”.
¿Y para
protegernos o paliarlos?, Miguel Ángel
comentó que “es un fenómeno complejo que no puede ser simplificado y establecer
una pauta común, es decir, lo que funciona para un caso puede no ser útil para
otro. En el caso del ruido aéreo se suele tratar con elementos pesados y
estancos: funciona mejor una fachada pesada que una fachada ligera. A ello hay
que sumar puertas y ventanas estancas que impidan su propagación o que
incorporen capas internas de material fonoabsorbente”. En esta línea, explicó
que “el ruido de impacto es más difícil de controlar y la mejor solución pasa
por incorporar amortiguadores a aquellos aparatos que lo generan: ascensores, aires
acondicionados, compresores… o a aquellos elementos que reciben el impacto,
“desligando” los elementos constructivos de la estructura, por ejemplo, colocando
bandas elásticas bajo tabiques. En otras ocasiones, el ruido proviene de
una fuente que queda fuera de nuestro control: tráfico aéreo, rodado… y la
solución debe venir por parte de la Administración competente. Un ejemplo es el
ruido del tráfico rodado, para lo cual puede llegar a ser muy efectiva la
instalación de pantallas acústicas o vegetales junto a la carretera por la que
transita el tráfico y lo debe hacer la Administración titular de la vía de
circulación”.
Además, Miguel Ángel
especificó cómo se encuentra regulada una cuestión tan delicada. “En
cuanto a normativa, existe una amplia legislación nacional y autonómica que
regula todos estos aspectos: niveles máximos de ruidos que se pueden generar y
recibir en el interior de los edificios, actividades prohibidas… Pero la que
más nos afecta es la ordenanza de los ayuntamientos, puesto que controlan
aspectos tan dispares como los ruidos domésticos, los generados por el tráfico,
festejos… Por poner un ejemplo, la ordenanza de ruidos de Sevilla solo autoriza
el uso de fuegos artificiales a los particulares los días 24, 25 y 31 de
diciembre y el día 1 de enero, y siempre dentro de un horario. Los cohetes de
las hermandades del Rocío y otros festejos quedan fuera de esta prohibición,
pero siempre dentro de un horario autorizado. Otros ejemplos: prohíbe juegos
como los dados y el dominó en veladores, golpear bombonas de butano durante el
reparto, establece la obligación de controlar el ruido generado por las
mascotas...”
Finalmente, y como
siempre, para cerrar el programa, señaló que todos/as aquellos/as oyentes con
alguna duda en este tema u otras cuestiones sobre rehabilitación, pueden
ponerse en contacto con la Oficina de Rehabilitación: enviando un correo
electrónico a arquitectos.sevilla@rehabilitaandalucia.es; llamando al teléfono
del Colegio de Arquitectos 955 051 200; solicitando consulta con la Oficina de
Rehabilitación, o acudiendo presencialmente a la sede del COAS, situada en
Plaza Cristo de Burgos 35 (frente a la iglesia de San Pedro).